El día 22 de Junio, la UNESCO (Organización de lasNaciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) inscribió al monte
Fuji, mundialmente conocido por su cono volcánico coronado por la nieve, en la
lista del Patrimonio Mundial, recalcando así la importancia que tiene esta montaña
para la cultura japonesa.
El volcán, situado unos 100 km al suroeste de Tokio, se
eleva hasta los 3.776 metros y su ladera sur cae hasta la orilla del mar en la
bahía de Suruga.
La parte inscrita por la UNESCO incluye la cumbre de la
montaña y siete santuarios repartidos por las laderas hasta la base, albergues
que reciben peregrinos y un grupo de "fenómenos naturales
reverenciados" (manantiales, saltos de agua, un pinar y árboles moldeados
en la lava).
El documento preparatorio de la reunión del Comité
señalaba que “el Fujisan (monte Fuji), se eleva sobre los pueblos, el mar y los lagos bordeados
de árboles, siendo inspiración de artistas y poetas y, desde hace siglos, un lugar de
peregrinaje”.
"El respeto y el temor que inspira la forma majestuosa
del monte Fuji y la actividad volcánica intermitente dieron nacimiento a
prácticas religiosas que asocian el sintoísmo y el budismo", agrega el
texto. "La forma cónica casi perfecta del monte Fuji coronada por la nieve
inspiró a los artistas de principios del siglo XIX, que produjeron imágenes que
trascienden las culturas y permitieron dar a conocer la montaña a través del
mundo y tener una profunda influencia en el desarrollo del arte
occidental", continúa.